postura correcta para hacer spinning- como hacer spinning correctamente- La posición adecuada al hacer spinning

La posición adecuada al hacer spinning El spinning es una de las clases de fitness más famosas y efectivas en la actualidad, pero si no conocemos las claves para alcanzar una postura adecuada a la hora de ejercitaros, corremos riesgo de sufrir lesiones. Por ello, los secretos para lograr la posición adecuada al hacer spinning te los contamos a continuación. El spinning es una práctica deportiva que genera multitud de beneficios, al involucrar gran cantidad de músculos es una actividad muy completa porque trabajamos el sistema aeróbico y al mismo tiempo en ciertos ejercicios también tonificamos brazos y piernas. Como en todas las actividades físicas, al hacer spinning tenemos que tener en cuenta una serie de recomendaciones para evitar lesiones y hacer la actividad más saludable. Veamos unas cuantas: Calibra la bici antes de nada: una buena posición del sillín y el manillar es básico para que las acciones musculares se den en un rango adecuado y no sobrecarguemos más unas zonas que otras o forcemos determinadas articulaciones. Evita hiperflexionar la rodilla: los meniscos y ligamentos sufren mucho cuando al hacer una flexión de rodillas forzamos , y más cuando hay intensidad de por medio. Intenta que los movimientos de rodilla encima de la bici no superen los 90 grados de flexión, sobretodo al hacer bajadas. Usa ropa ligera y transpirable: el spinning quema muchas calorías y nos hacer sudar a tope, sobretodo si la sala del gym no da a basto para ventilar. Una ropa adecuada y que transpire es fundamental para no deshidratarnos, sufrir calambres e ir cómodos en todo momento. La toalla y la botella de agua son tus mejores amigos en clase de spinnning: es fundamental para no deshidratarnos beber cada 10 minutos. Bebe en pequeños sorbos (4-5), sin prisa pero sin pausa. Es normal beberse un litro de agua durante una clase de una hora. La toalla también es un elemento importante para quitarnos sudor de encima, evitar que se irriten los ojos o resbalarnos al coger el manillar. No te olvides de los carbohidratos: unas dos o tres horas antes de la clase es aconsejable haber comido una buena ración de carbohidratos (pan, patata, pasta…) para poder aguantar la clase. Si no has podido comerlos o hace mucho que comiste antes de la clase procura introducir en tu cuerpo un platano, te dará energía para buena parte de la clase. Haz estiramientos antes y después de clase: esto es tarea del monitor, pero a veces con las prisas la gente pasa de los estiramientos, que son fundamentales para hacer una mejor recuperación. Si es tu primera clase tomatelo con calma: suele pasar que el primer día lo damos todo. Esto no es bueno del todo, lo ideal es ir poco a poco para que el cuerpo se acostumbre a la intensidad de la actividad. Si son tus primeros días hazselo saber al monitor/a y haz los esfuerzos menos intensos (menos frecuencia de pedalada, menos repeticiones en ejercicios, menos resistencia y más descanso). No estés rígido encima de la bici: la rigidez ocasionará problemas de espalda y cuello. Los brazos deben de apoyarse en el manillar y tener los codos semiflexionados, cuello mira hacia adelante sin forzar y espalda no tiene que estar arqueada o gibada. En primer lugar, antes de subirnos a la bicicleta, debemos tener el asiento de la bicicleta a la altura adecuada, siendo oportuno que éste quede al nivel de las caderas cuando nos paramos al costado de la máquina. Una vez sentados en la máquina, con el talón del pie apoyado en el pedal, la rodilla debe quedar extendida cuando el pedal alcanza el punto más bajo de rotación, pero cuando se pedalea, la rodilla no debe extenderse por completo, de ésta forma, comprobaremos que el asiento está a una altura adecuada. Si el asiento está demasiado bajo podemos forzar a una mayor flexión a la rodilla y así, tensionar la rótula y sentir molestias en la parte anterior de la rodilla. Si está demasiado alto, por el contrario, podemos generar una tendinitis en el tendón de Aquiles y sobrecargar la espalda por la sobreextensión que debe soportar la pierna. Por otro lado, la altura del manubrio debe ser la correcta según el estado físico de la persona de manera que las manos puedan apoyarse en éste y queden alineadas con el brazo. Si el manubrio está muy abajo, se trabajará con más intensidad los músculos de la espalda y los tríceps. No obstante, su altura debe depender de la condición física del usuario y su comodidad. Una vez que ya está calibrada la bicicleta, debemos prestar atención a la postura de nuestro cuerpo, y para ello, empezaremos por elevar la cadera del asiento de manera que la columna forme un ángulo de 45 grados respecto al manubrio. Las rodillas deben quedar siempre paralelas al pedal y los pies deben apoyarse en su porción intermedia entre la punta de los dedos y el medio del pie. Los hombros deben estar sueltos de manera de liberar todo tipo de tensiones en la nuca y la espalda y las muñecas deben quedar apoyadas encima del manubrio, siguiendo su línea. El codo siempre debe estar semidoblado y nuestra vista debe subir y bajar cuando sea necesario sin movilizar la cabeza bruscamente. Lo ideal es encontrar el peso apropiado a nuestro estado físico y a la intensidad de la clase, para lo cual es necesario contar con el asesoramiento de un entrenador físico. Asimismo, como cualquier actividad, es fundamental realizar un calentamiento previo y estiramientos posteriores, así como un correcto proceso de vuelta a la calma que permita reducir gradualmente la frecuencia cardíaca que tanto puede elevarse en una clase de spinning. Tener en cuenta la postura así como las condiciones de entrenamiento y la preparación de la máquina es esencial para no sobrecargar zonas incorrectas y disfrutar de los efectivos y rápidos resultados que el spinning puede brindar.